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  • science et test de virginite

    Pruebas de virginidad: prácticas absurdas y peligrosas

  • En muchas partes del mundo, aún persisten prácticas destinadas a «verificar» la virginidad de niñas y mujeres. Estas supuestas pruebas de virginidad suelen consistir en examinar el himen para determinar si una persona ha tenido relaciones sexuales. Sin embargo, estas prácticas no solo carecen de fundamento científico, sino que también son peligrosas, humillantes y violan los derechos humanos.

    En este artículo, que forma parte de nuestra serie sobre la virginidad, explicaremos por qué estas pruebas deben abandonarse por completo y desmontaremos las creencias erróneas que las rodean.

    1- ¿En qué consiste una prueba de virginidad?

    La prueba de virginidad suele ser realizada por un profesional sanitario o, en ocasiones, por una persona no cualificada. Esta prueba generalmente consiste en una exploración física para inspeccionar el himen, una pequeña membrana situada en la entrada de la vagina, y determinar si está intacto o no.

    Algunas personas creen erróneamente que el himen se desgarrará necesariamente tras la primera relación sexual. El examen consiste entonces en comprobar visual o manualmente si esta membrana presenta o no signos de penetración.

    2- ¿Por qué estas pruebas de virginidad no tienen validez científica?

    Contrariamente a la creencia popular, es científicamente imposible determinar la virginidad examinando el himen. De hecho, la forma y la elasticidad de esta membrana varían enormemente de una mujer a otra.

    • Algunas mujeres nacen con un himen naturalmente muy flexible que nunca se rompe.
    • Otras mujeres ven cómo su himen se estira gradualmente, sin desgarrarse, durante actividades cotidianas como la práctica de deportes o el uso de métodos anticonceptivos internos (tampones, copas menstruales).
    • Algunas personas pueden tener un himen apenas visible, incluso si ya han tenido varios encuentros sexuales.

    Algunos estudios demuestran claramente lo absurdo de estas pruebas. Por ejemplo, un estudio con 36 adolescentes embarazadas mostró que 34 de ellas tenían el himen intacto, a pesar de estar embarazadas. Otro estudio con trabajadoras sexuales reveló que las trabajadoras sexuales con experiencia tenían himenes similares a los de las adolescentes vírgenes. Esta investigación demuestra claramente que el estado del himen no puede, bajo ninguna circunstancia, determinar si una mujer ha tenido relaciones sexuales o no.

    3. ¿Por qué son peligrosas y humillantes estas pruebas?

    Las pruebas de virginidad tienen graves consecuencias, tanto físicas como psicológicas:

    • Humillación y trauma: estos exámenes a menudo se experimentan como una violenta intrusión en la privacidad, lo que genera vergüenza, culpa y sufrimiento psicológico duradero.
    • Estigma y exclusión social: en algunas sociedades, la ausencia de signos de virginidad puede conducir al rechazo familiar, la exclusión social y, a veces, a la violencia.
    • Violación de los derechos humanos fundamentales: estas pruebas representan una flagrante violación de los derechos de las mujeres a controlar sus propios cuerpos y a preservar su dignidad.

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) condena enérgicamente estas prácticas y pide su prohibición a nivel mundial.

    4. Lo que dice la ley y lo que opinan los expertos

    Muchos países prohíben legalmente las pruebas de virginidad. Por ejemplo, en Francia, estas pruebas son ilegales y se consideran una forma de violencia sexual y psicológica. Numerosas organizaciones de derechos humanos hacen campaña activamente por su prohibición universal.

    Los profesionales de la salud, incluidos ginecólogos y matronas, afirman unánimemente que estas pruebas carecen de fundamento médico. Hacen hincapié en que la virginidad es un concepto cultural, no una realidad médica ni anatómica.

    Si te han pedido que te hagas una prueba de virginidad o te sientes presionada para hacerlo, debes saber que no estás sola y que tienes derecho a estar protegida. No dudes en contactar con organizaciones o profesionales sanitarios que puedan brindarte apoyo confidencial.



    ➜ Este artículo forma parte de nuestra serie sobre la virginidad. Véase también: